AHORA QUE ESTOY VIVO
Prefiero
que compartas conmigo unos minutos, ahora que estoy vivo y no una noche entera,
cuando yo muera.
Prefiero
que estreches suavemente mi mano ahora que estoy vivo, y no que apoyes tu
cuerpo sobre mi cadáver, cuando yo muera.
Prefiero
que me hagas una breve llamada ahora que estoy vivo y no que emprendas un
inesperado viaje, cuando yo muera.
Prefiero
que me regales una sola flor, ahora que estoy vivo, y no que envíes un hermoso
ramo, cuando yo muera.
Prefiero
que eleves por mi una corta oración, ahora que estoy vivo, y no una eucaristía
cantada y concelebrada, cuando yo muera.
Prefiero
que me digas unas palabras de aliento ahora que estoy vivo, y no un desgarrador
poema, cuando yo muera.
Prefiero
que me escribas unas cortas palabras, ahora que estoy vivo, y no un poético
epitafio sobre mi tumba, cuando yo muera.
Prefiero
disfrutar de los más mínimos detalles tuyos, ahora que estoy vivo, y no de
grandes manifestaciones de pesar, cuando yo muera.
¡La vida
nos da la hermosa posibilidad de demostrar nuestros afectos a los seres amados,
no la desaprovechemos!