MIS MEJORES POEMAS MOTIVACIONALES
Aprendí y decidí
Walt Disney
Después de
esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar a
las oportunidades sino buscarlas yo mismo, decidí ver cada problema como la
oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada desierto como la
oportunidad de encontrar un oasis, decidí ver cada noche como un misterio a
resolver, decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.
Aquel día
descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en
éstas, está la única y mejor forma de superarnos, aquel día dejé de temer a
perder y empecé a temer a no ganar, descubrí que no era yo el mejor y que
quizás nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera, ahora me
importa simplemente saberme mejor que ayer.
Aprendí que lo
difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir. Aprendí que el mejor
triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien
"Amigo".
Descubrí que el
amor es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor es una
filosofía de vida". Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos
triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente; aprendí
que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás.
Aquel día decidí
cambiar tantas cosas... aquel día aprendí que los sueños son solamente para
hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar... ahora
simplemente duermo para soñar.
Ahora que estoy Vivo
Autor: ¿?
Prefiero que compartas conmigo unos pocos minutos
ahora que estoy
vivo y no una noche entera cuando yo muera.
Prefiero que estreches suavemente mi mano ahora que estoy vivo,
y no apoyes tu cuerpo sobre mí cuando yo muera.
Prefiero que hagas una sola llamada ahora que estoy vivo y no
emprendas un inesperado viaje cuando yo muera.
Prefiero que me regales una sola flor ahora que estoy vivo y no
me envíes un hermoso ramo cuando yo muera.
Prefiero que elevemos una corta oración ahora que estoy vivo
y no una misa cantada e interminable cuando yo muera.
Prefiero que me digas unas palabras de aliento ahora que estoy
vivo y no un desgarrador poema cuando yo muera.
Prefiero escuchar un solo acorde de guitarra ahora que estoy
vivo, y no una conmovedora serenata cuando yo muera.
Prefiero que me dediques una leve plegaria ahora que estoy vivo
y no un poético epitafio sobre mi tumba cuando yo muera.
vivo y no una noche entera cuando yo muera.
Prefiero que estreches suavemente mi mano ahora que estoy vivo,
y no apoyes tu cuerpo sobre mí cuando yo muera.
Prefiero que hagas una sola llamada ahora que estoy vivo y no
emprendas un inesperado viaje cuando yo muera.
Prefiero que me regales una sola flor ahora que estoy vivo y no
me envíes un hermoso ramo cuando yo muera.
Prefiero que elevemos una corta oración ahora que estoy vivo
y no una misa cantada e interminable cuando yo muera.
Prefiero que me digas unas palabras de aliento ahora que estoy
vivo y no un desgarrador poema cuando yo muera.
Prefiero escuchar un solo acorde de guitarra ahora que estoy
vivo, y no una conmovedora serenata cuando yo muera.
Prefiero que me dediques una leve plegaria ahora que estoy vivo
y no un poético epitafio sobre mi tumba cuando yo muera.
Prefiero que poses tu mano sobre mi hombro ahora
que estoy
vivo y no que solo esperes cargas mi ataúd sobre tu hombro cuando yo muera...
vivo y no que solo esperes cargas mi ataúd sobre tu hombro cuando yo muera...
Prefiero apreciar contigo una flor que está
naciendo ahora que estoy
vivo y no grandes coronas de flores que adornarán la tristeza cuando yo muera...
vivo y no grandes coronas de flores que adornarán la tristeza cuando yo muera...
Prefiero disfrutar de los más mínimos detalles ahora que estoy
vivo y no de grandes manifestaciones cuando yo muera...
CARPE
DIEM
Walt
Withman
Aprovecha el día.
No dejes que termine sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz,
sin haber alimentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el
derecho de expresarte, que es casi un deber.
No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario...
No dejes de creer que las palabras y la poesía, sí pueden cambiar al
mundo; porque, pase lo que pase, nuestra esencia está intacta.
Somos seres humanos llenos de pasión, la vida es desierto y es oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos convierte en protagonistas de nuestra
propia historia.
Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa.
Y túpuedes aportar una estrofa...
No dejes nunca de soñar, porque sólo en sueños puede ser libre el
hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un
silencio espantoso. No te resignes, huye...
"Yo emito mi alarido por los tejados de este mundo", dice el
poeta;
valora la belleza de las cosas simples, se puede hacer poesía sobre las
pequeñas cosas.
No traiciones tus creencias, todos merecemos ser aceptados.
No podemos remar en contra de nosotros mismos, eso transforma la
vida en un infierno.
Disfruta del pánico que provoca tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridades.
Piensa que en ti está el futuro, y asume la tarea con orgullo y sin
miedo.
Aprende de quienes pueden enseñarte. Las experiencias de quienes se
alimentaron de nuestros "Poetas Muertos", te ayudarán a
caminar por
la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros, los "Poetas Vivos".
No permitas que la vida te pase a ti, sin que tú la vivas...
Walt Whitman
EL POEMA DE LAS CARTAS
Por:
Carlos de la Rosa Vidal (1980-) Peruano
Cartas hay
muchas.
Como la de
los quinceañeros en las escuelas secundarias.
Cartas de
los tímidos o de los osados.
Cartas en
donde se revelan las ilusiones primeras de la vida.
Los niños
escriben por primera vez para conquistar,
se atreven
y escudan en el bondadoso arte de escribir.
Las niñas
reciben su primera carta de amor,
sonríen y
de un salto corren a mostrarla a sus amiguitas.
Hay niñas
más modernas y por eso más femeninas,
cogen sus
mejores papeles de entre sus cuadernos perfumados y
les
cuentan a los niños traviesos de una fantasía llamada amor.
Hay cartas
anónimas, con las que todas las edades
alegran
los labios e inquietan las curiosidades.
Hay cartas
para conquistar.
Cartas
escritas entre enamorados.
Cartas de
despedida y por eso tan tristes.
Hay cartas
en donde se escribe de otras cartas.
Las hay
entre amores prohibidos y por eso tan auténticas.
Las hay
entre amigos, entre esposos. Entre desconocidos o entre amantes.
También de
admiradores.
Hay cartas
no correspondidas. Cartas sin respuesta.
Las hay de
dueños esperanzados en recibir aunque sea una.
De dueños
que de tanto escribir…. ¡Se han enamorado de verdad!
Hay cartas
que han hechizado de tanto ser leídas.
Hay cartas
que enamoran. Hay magia en el hecho de escribir cartas.
Por eso
hay escritos, cual testamentos, cuando al ser leídos, parecen escucharse las
palabras de quien las escribió.
Hay cartas
que tienen la voz de sus autores.
Hay cartas
escritas y jamás enviadas.
Pero de
entre todas las cartas a mí me gusta la de los tímidos,
porque las
de ellos… ¡Son las verdaderas!
Hay cartas
como ésta, escritas sólo por tímidos verdaderos.
Hay
quienes lloran cuando releen cartas,
por la
nostalgia de algún amor anclado en un tiempo pasado.
Hay cartas
como ésta a veces conservada en algún rincón amarillento como su
historia.
Hay cartas como ésta de quienes están solos y buscan un amor.
Hay cartas
con historias parecidas a las contadas en estas líneas.
Hay cartas
que emocionan.
Hay sueños
como las narradas en esta carta.
Hay sueños
solo imaginados entre amores tímidos porque son auténticos.
Hay cartas
que cuentan las cosas como si fuesen posibles todos los milagros.
Hay cartas
como ésta sobre las que se ha llorado.
Hay cartas
sobre las que se ha preguntado cuál es el final de todo.
Hay cartas
como ésta que no quieren tener final.
Hay cartas
que solo pueden terminarse cuando la historia continua.
Hay cartas
como ésta que sólo pueden leerla quienes están enamorados, o quieren
enamorarse.
Hay cartas
cuyos dueños se han enamorado como los que leen estas líneas.
Y han
dejado de leer para escribir sus propias cartas.
Porque hay
alguien que espera recibir una. Ella eres tú, él soy yo.
José ángel Buesa (1910-1982) cubano
Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.
Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.
Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.
Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.