Haz Magia con el Entusiasmo | Por Carlos de la Rosa Vidal
En
una oportunidad un joven me preguntó sobre por qué menciono solamente cosas
positivas en mis conferencias. Contesté que en mi vida anterior seguramente me
dediqué a decir puras cosas negativas y que mi mundo indudablemente fue así. Tienes
que hablar de la realidad me refutó, él esperaba otra respuesta.
Hay
quienes prefieren vivir en un mundo de pensamientos negativos para hundirse más
y encontrar justificaciones y excusas para todo lo que no creen que pueden
hacer.
Para
este tipo de personas mi respuesta es que el optimismo significa observar y
sentir con mayor atención los problemas más de lo visto por las personas con
mentalidad predominantemente negativa, justamente porque una disposición mental
adecuada nos llama a la decisión y a la acción.
Nadie
es perfecto y la vida nos sigue enseñando cada día. Dejo bien claro que mi
intención no es cambiar a nadie sino exponer ideas
y observaciones.
Tengamos
cuidado con lo de “sufre, peruano, sufre si quieres progresar” y reflexionemos
sobre “piensa, proyecta, decide y actúa si quieres progresar”, “a pesar de
todo, el mundo es bonito”.
Ojalá aquel muchacho pueda
leer esta revista, espero que esta publicación los invite a probar otra percepción de la vida.
Y es
mágico cuando uno se atreve a compartir otro punto de vista. Miles de
empresarios han hecho fortunas porque rebuscaron qué necesidades tenían las
personas y se dedicaron a satisfacer esas necesidades y después a crearlas. Con
esta revista creo satisfacer una necesidad que yo mismo tenía cuando era un
adolescente tímido y solitario.
Hay
que cuidar cómo vemos al mundo porque el mundo nos mirará tan igual como lo
observamos. Lo tengo muy presente porque lo he probado en mi vida.
A
veces tenemos una opinión equivocada de otras personas, las creemos estúpidas,
inteligentes, amargas o alegronas, traidoras o milcaras.
A
mí me gustaba una chica, a quien consideraba orgullosa y con las nubes en los
pies, ¡quien no cree conocer a este tipo de personas!, creía que era una
persona que se tomaba muy en serio. Por mucho que me gustaba no me atrevía a
buscarla. Hasta que me aventuré a ser su amigo y descubrí a otra persona,
amable
y accesible. Luego me atreví a cambiar mi pensamiento sobre ella.
Hasta ahora recuerdo sus palabras: “me caes bien y hubiera estado contigo
antes, ahora no estoy sola”.
Quizá
nos estamos perdiendo de mucho por pensar que no podemos, yo pensaba que no
me iba a hacer caso y ella me dijo que yo le parecía un buen tipo
que quizá no tenía interés en ella porque no me acercaba.
Igual, en todos los aspectos de la vida nos
podemos estar perdiendo de algo muy bueno, hay que averiguarlo. No hay nada
más feo en ese sentido que quedarse con las dudas.
Ahora mismo sal a hacer aquello que crees no
poder, puede que te sorprendas. Sé
entusiasta, no cuesta y sal a hacer cada cosa como si fueras a conquistar el
mundo. Y todavía hay gente escandalizada por estas ideas. Sólo sé que si no
lo intentamos no lo sabremos.
Hay quienes disfrutan siendo portadores de las
ultimitas, de las noticias malas y negativas, yo disfruto compartiendo y
aprendiendo de las noticias que no venden mucho, las ideas de un mundo más
activamente positivo.
¿El mundo se construyó con pesimistas?
Persistentes fueron quienes descubrieron la electricidad, inventaron el
teléfono, el televisor, los automóviles, la Internet y nos hicieron la vida
más fácil. Negativos fueron los que excomulgaron a Galileo, los que creyeron
que Colón era un idiota, y los científicos que firmaron un manifiesto contra Einstein por sus teorías.
El mundo lo construyeron los inconformes, no los
que se quedaron sentados filosofando, sino aquellos que se atrevieron a pesar
de la opinión del resto.
Ya lo dijo Sofocleto, humorista peruano: “la
opinión de los idiotas es necesaria para hacer exactamente lo contrario”.
Respetemos a todos. Tengan la mentalidad que tengan. Todos son necesarios.
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Te reto a que escribas la historia de tu país,
busca problemas y resuélvelos, el mundo está lleno de ellos en cada esquina,
los siete mares y en los más de 200 países.
En una de mis clases de oratoria una jovencita me
confesó que le gustaría ayudar a los demás pero que no tenía posibilidades. Y
parece repetirse esta misma frase en muchos jóvenes hoy en día “el no tener
posibilidades”. Esta mentalidad con seguridad fue aprendida en casa, los padres hablan de tener o
no tener posibilidades, y suele convertirse en un botón que acciona una
suerte de parálisis física y mental.
Creo que como ejercicio para contrarrestar esa
incubadora de seres sin posibilidades debemos coger un papel y como jugando
detallemos cómo lograr lo que queremos a pesar de las limitaciones. Seamos
creativos. Si quieres ayudar a los demás date la oportunidad de buscar alguna
organización con voluntariado social. Es cierto eso de “ayudando a los demás
a conseguir lo que quieren conseguiremos lo que
necesitamos”.
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